martes, 19 de enero de 2010

Andy Oakes nos presenta a Sun Piao


Estos frios primeros días de enero Dª Angustias, arrebujada en su sillón y cubriendose con su fiel mantita persa que le acompaña en estas lecturas de invierno desde hace algunos años que se encontraron en Shiraz, no ha levantado apenas la vista de Sun Piao, el nuevo heroe con el que le toca lidiar.
Ojo de dragón, cuenta el caso de ocho cuerpos que aparecen horriblemente mutilados en los lodos del rio Huangpu en Shanghai. Cuando éste atípico policia junto a su fiel, inquieto, voluminoso y malhablado ayudante Yaobang inician la investigación, todo son obstáculos, dado que la aclaración de este caso puede sacudir las estructuras del Partido y del Nuevo poder establecido en China. Piao, hombre de grandes convicciones morales que le enfrentan continuamente al mundo en el que vive, decide proseguir y gracias a su inteligencia y su dureza es capaz de encontrar la luz en esta trama compleja sorprendente y peligrosa.
El segundo libro de Andy Oakes, es El primer ciudadano ( 2007), el inspector jefe Sun Piau sale libre del Ankang (psiquiátrico) del régimen al que van los disidentes y donde se le llevaron como consecuencia de resolver el primer caso.
Aquí Dª Angustias se siente conmovida con este personaje que se encuentra viviendo en el mar amargo (ku-hai yu-sheng), máxima budista referida a la supervivencia.
Esta última entrega le llevará a explorar las laberínticas complejidades de la china de hoy, las guerras entre las nuevas y viejas camarillas del Poder, sin olvidar los espeluznantes episodios del pasado revolucionario.
Como no podía ser de otra forma, se acompaña la lectura con unas hojas de Hongcha, té de hojas rojas, pero conocido en occidente como té negro y así llega al final de esta novela, donde nada es lo que parece y desemboca en un desenlace inimaginable.
Dª Angustias acerca el nombre de Sun Piao al rincón de la calma y espera que en la próxima entrega Oakes le conceda una tregua.
Al mirar por la ventana, descubre un paisaje blanco y helado. Es señal de reencontrarse con Kurt Wallander y ya empieza a buscar en su biblioteca los libros de Mankell y de tantos otros que ultimamente han llegado

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